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viernes, 30 de septiembre de 2011

Fix You (II)

         Había oído esta canción alguna vez, y me había gustado, una más para mis listas de reproducción. Pero los subtítulos me han hecho ver lo profunda que es. Y realista. Sinceramente, sí me he sentido "roto" algunas veces (por causas que prefiero no exponer).

         Y lo único que he hecho para "repararme" ha sido darle tiempo al tiempo, y reflexionar, sobre todo reflexionar conmigo mismo. Quizás mi método no sea el más adecuado, quizás debería "soltar" más las cosas en vez de "tragármelas".

         Lo que me lleva a superar estas decaídas es pensar que hay un mañana, que la vida no está para vivir amargado, que hay que superarse y mirar hacia delante, enseñar una sonrisa. Puede que suene algo típico, seguramente sea así. Pero me gusta creer que si eres amable con los demás, y sobre todo si estás ahí para intentar "repararles" en esos momentos, te sientes mejor. Y feliz, que al fin y al cabo, es lo que cuenta.


                                                                              Javier

martes, 27 de septiembre de 2011

Fix you

La actividad de hoy me ha hecho reflexionar y plantearme principalmente una cuestión: ¿Me he sentido alguna vez roto, desorientado o sin rumbo?
Mentiría si dijera que sí.
Nada más formular esta pregunta he pensado que mi vida es demasiado fácil, y que, afortunadamente, nunca me he encontrado solo a la hora de afrontar los problemas y adversidades que han ido surgiendo a lo largo de mi vida.

Aunque reconozco haber tenido momentos de “bajón” en los que estaba falto de fuerzas y reveses inesperados, he conseguido levantarme y seguir adelante con el mayor optimismo posible.

He aprendido que sólo desde la reflexión personal, la lucha y el amor, uno se recompone. Esto es lo que quiero que llene de sentido mi vida.

No me propongo sino seguir creciendo como persona desde la fortaleza y la generosidad, dejando a un lado el rencor y el lamento y por supuesto tomando como modelo y apoyo a todas las personas a las que admiro.

Sé que me queda mucho camino por recorrer y dificultades que superar y que si alguna vez llego a perderme en la vida seré guiado de nuevo, hacia el buen camino.

Fdo.: Mario


jueves, 22 de septiembre de 2011

¿No somos realmente salmones?

      A principio de clase definimos "instinto" como un impulso innato e inconsciente, presente en los animales, no en nosotros, gracias a que podemos controlarlo. Pero, ciertamente, ¿somos capaces de controlarlo? Sufrimos varios impulsos todos los días: antojo de chocolate... o algunos más serios, como la violencia. La podemos ver a diario en las noticias. ¿Qué es la violencia si no un impulso de la ira y el odio? De género, callejera, psicológica, laboral, económica... Desgraciadamente, parece que no todo el mundo es capaz de contener algo que por naturaleza no deberíamos tener.

      El control de nuestras acciones está relacionado con la libertad, y la libertad con la felicidad. Parece simple, ¿no? Es muy complicado definir libertad (el otro día nos pasamos media clase de filosofía intentándolo y no acabó nada en claro), pero a grandes rasgos significa actuar según tu interés, pero sin limitar la libertad de los demás. Es difícil, pero no imposible, simplemente hay que ponerse en la piel del otro a la hora de tomar ciertas decisiones. Si somos libres, y podemos hacer, ser lo que queremos, somos enormemente más felices que si nos encontramos coaccionados y limitados.


                                                                                           Javier

¿SOMOS SALMONES?

Definitivamente ¡no!

Los seres humanos a diferencia de los animales gozamos de raciocinio, esto quiere decir, que estamos provistos de inteligencia y no nos movemos por meros instintos. Sin ésta, no seríamos capaces de progresar, comprender las ideas abstractas y sentir el deber y la virtud. Además nos permite pasar del estadio animal al humano, de lo conocido a lo desconocido, de lo banal a lo verdaderamente importante.

El hombre, por tener inteligencia, comprende lo que no se ve ni se toca, lo que no es cuadrado ni redondo, lo que no tiene sabor ni color; sin embargo, el animal no tiene vida sensitiva, no entiende de razonamientos y no capta relaciones de ideas. Gracias a Dios los hombres somos algo más que salmones. Poseemos un alma inteligente, espiritual e inmortal, destinada a conocerle y vivir según su palabra. 

Fdo.: Mario