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domingo, 19 de febrero de 2012

David & Goliat


     Uno de los relatos bíblicos más conocidos seguramente sea el que narra la historia de David el israelita y el gigante Goliat, de Filistea. Se encuentra en el Primer Libro de Samuel, dentro de los Libros Históricos del Antiguo Testamento. Se trata de un relato cargado de espíritu de valor, de coraje y fe. Se resume en las siguientes líneas:

     David, que era pastor, fue enviado por su padre al campo de batalla entre los israelitas y los filisteos, en donde también batallaban sus hermanos. Al llegar, un enorme hombre, desde el bando enemigo, comenzó a humillar a los israelitas y a despreciarlos. Se trataba del gigante Goliat, que medía más de tres metros de altura y vestía una armadura entera de bronce.

      Goliat, en su intento por minar la confianza de los israelitas, propuso que, para evitar un derramamiento de sangre, un solo hombre se ofreciera a luchar contra él, con la condición de que el pueblo vencido debería obedecer y rendirse ante el victorioso.


      Al oír estas palabras, David se presentó ante el rey Saúl y se ofreció para luchar contra el gigante. Intentaron armarlo con pesadas armaduras y espadas, pero no se sentía cómodo, así que las rechazó y caminó frente al gigante.

       Este, al ver al pequeño David, se mofó y se dispuso a comenzar el duelo. Entonces David, que solo llevaba una  honda encima y 5 piedras lisas, cogió una y la hizo girar, lanzándola a la cabeza del gigante, al que tumbó de un golpe. Seguidamente, cogió la propia espada de Goliat y le cortó la cabeza. Los filisteos, aterrados, huyeron, y todos se acercaron a vitorear a David, quien recogió la cabeza y la llevó a Jerusalén.

      Si trasladamos este relato a la actualidad, Goliat se transforma en numerosos elementos. Puede representar nuestros miedos, nuestros problemas más serios, las injusticias que asolan al mundo entero, las situaciones difíciles de la vida que no tenemos valor de aforntar... Todo esto se supera siguiendo el modelo de actuación de David: la fortaleza y la confianza, tanto en uno mismo como en el mayor apoyo, Dios. Con estas herramientas, cualquier "Goliat" puede ser derribado, y alcanzaremos el camino correcto de justicia que nos haga crecer y crear una realidad mejor.

 

Javier y Mario

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